El espacio de la
realidad es intangible también, tiene un comportamiento de partícula
subatómica. Lo inmediato es lo menos profundo. Lo menos profundo es
lo más común, dígase también vulgar. El ejercicio del arte en
plenitud se plantea en la mayoría de la totalidad de espacios de la
realidad. Hay espacios repetidos, repetitivos, que son como un eco
infinito en los pulmones de la humanidad. Hay espacios en donde la
voz viaja grandes distancias sin repetirse ni distorsionarse. La
carretera de la información, de las ideas, es multidireccional. En
la RED se establecen las distorsiones de la realidad, es decir, la
realidad más compleja en algunas de sus posibilidades más variadas.
La RED para todos, la RED para todas las conciencias. Nadie debe
pretender el orden común en la RED, nadie controlará ni las ideas
ni los caminos. Todos somos todo, Todo es la suma de los saberes de
la humanidad, en todas las épocas. El individuo es el resultado de
sus ideas, que son el peso de la humanidad que prefiere cargar. Una
postura unificadora es una suerte de máquina que destruye todo a su
paso con un fin estético. La antiestética, desde un viejo dibujo de
Goya, es un trozo de realidad no degustada, un bocado mental que
espera ser digerido y cagado, para el entendimiento subverso, para el
defecado de secado lento, para el arte escultórico de los nuevos
tiempos. Remover pensamientos con arte corrosivo, hacer una purga de
ideas, un lavado cerebral con lo impensable, con lo repugnante, con
lo perseguido, con lo eliminado de los gustos de las buenas familias.
Legitimar lo escondido, desmontar la vergüenza de la maquinaria
social, hace un despiece de la realidad. Reconocer en los otros a
nosotros mismos en una versión diferente, hacer el arte de la gente.
Las historias están en todos. Nadie será vigilante de las nuevas
costumbres, nadie será más que nadie. La revolución comienza con
la desesperanza, con los sentimientos cautivos, con la integración
de todas las partes ante nuestros ojos. Abrámonos paso entre la
intransigencia, entre las buenas costumbres, entre los hombres de
buena voluntad y perdamos el miedo a lo que está detrás de las
cosas. La comunidad es la visión integrada, afinemos la mirada de la
comunidad. Subamos todas las imágenes, posteemos todas las palabras,
develemos todos los secretos, sacrifiquemos los engaños, entendamos
todos los lenguajes, mostremos la desnudez de las cosas. Entendamos
el espacio de la realidad como un medio en el que nos transportamos.
Viajemos, tomemos el tren de nuestra amante. Abrámonos paso entre
los obstáculos del poder, del largo brazo de la justicia oficial,
hurguemos como cerdos en la basura de la humanidad, entendamos desde
el inicio, desde lo escondido, desde lo velado el funcionamiento de
todas las cosas. Todos entendemos todo. No cerremos nuestros oídos a
ninguna música, nuestros ojos a ninguna imagen, nuestra piel a
ninguna otra piel. No tenemos nada pero lo tenemos todo. Abramos
nuestros ojos y nuestras piernas, entendamos las cosas desde la otra
lógica para entender a la otra realidad, la que infinitamente se
abre en todos los sentidos. Entendiendo el mal, entendiendo el bien,
entendiendo la razón de cada milímetro de la realidad, seremos el
todo, integrados, cerdos felices, cerdos que lloran con la mirada
inundada levantada. La broma, el humor bien ajustado, la risa de
nosotros mismos. Animales sin piel, que lo sienten todo, vegetales
cargados de energía, esperando a la muerte caminando, inundando el
mudo con las nuevas ideas, con palabras, con el arte insurrecto, con
la nueva pasión.
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