Hay silencio en casa, silencio interrumpido por la risa
de mi hijo, que aunque no se escuche tiene una imagen de bullicio. El agua de
la pecera es silenciosa, el agua que cae del dispositivo para oxigenarla.
Me pregunto algo a partir de una imagen que me agradó:
¿puedo distinguir entre un chimpancé y un gorila? Es decir, ¿a partir de solo
su rostro?
Ayer no soñé con algún contagio, no me soñé cerca de la
gente. Dormí de largo, sin que un hijo me despertara, pero hubiera querido no
desear que amaneciera, como hago normalmente; suelo abrir los ojos a penas
empieza a clarear el día. Al paso de los días me he construido un plan personal
de vida que no incluye el ser mordido por un virus potencialmente mortal. Me
gustaría que el covid-19 fuera como un perro y verlo venir y correr; o
asustarlo con una piedra, o darle de comer y que no quiera hacerme daño. Desearía
poder escucharlo.
Dorothy Janis, tenía los pies regordetes, unas zapatillas
estrechas le apretarían un poco. Ella nació en 1910 y murió en el 2010, ella
vivió 100 años y no estaba destinada a esta pandemia. Dorothy, como me parece
que se llaman muchas ancianas gringas, tenía una sonrisa muy agradable, yo diría
que un rostro de gran belleza, pero de una belleza simple. Mucha gente sencilla
debió de enamorarse de ella. No era como Vivien Leigh o Elizabeth Taylor, no
era espectacular, pero era inolvidable para las personas que la veían en la
calle. Claro, ella actuaba en películas mudas.
Creo que hubiera querido a esa mujer en circunstancias
nada complejas.
Me gustan las imágenes las naves espaciales, de los cohetes
que llevan gente al espacio exterior. Creo que en la Estación Espacial Internacional
(ISS en inglés), tienen demasiadas cosas por las cuales preocuparse, pero no
por contagiarse de gripes súper desarrolladas. Los transbordadores eran magníficos,
¿a dónde lo llevo?, a una órbita alrededor de la tierra, lejana de asteroides,
virus y bacterias, por favor. O lo más lejos que pueda. Gracias.
Ya nadie se para por estos lugares, la cuarentena llegó a
mi blog.
Yo si hago una pausa en tu blog. Para que las letras den a mis ojos un descanso.
ResponderEliminarAbrazos, mi querida. Siempre.
Eliminar